Mística y jerarquía, así se define la victoria azul en el clásico #316. Partido durísimo, por donde se le mire. Al frente, Santa Fe, con una de sus mejores plantillas de los últimos cinco años, buscaba seguir con su racha en la Liga BetPlay, campeonato en el que, hasta este encuentro, solo había perdido en una ocasión. La camiseta azul pesó y Millonarios, en su única llegada clara del partido, ganó tres puntos fundamentales para el futuro en el torneo local.
Aquella mística se sintió desde la previa. El Embajador, que era visitante en el papel, llegó por la carrera 30 en medio de una lluvia de bengalas y humo azul que adornaron el atardecer capitalino. Los jugadores se sintieron locales, como siempre en Bogotá -sea cual sea el rival-, y se impusieron en un clásico muy complicado de ganar.
Pero la jerarquía no solo viene del nombre del club o de la camiseta, qué tanta historia dorada tiene encima. La calidad y la experiencia de los futbolistas, protagonistas principales del espectáculo, fueron fundamentales para el triunfo en el partido más importante para la capital.
Álvaro Montero y Leonardo Castro, figuras ante el rival de patio, demostraron su importancia para el proceso de Alberto Gamero. El ‘1’ confirmó -y despejó dudas- del por qué es un convocado habitual a la Selección Colombia. La jugada que le ataja a Hugo Rodallega con el pie es, como se diría en las redes sociales, cine puro.
El goleador, por otro parte, aprovechó la única que tuvo el equipo y puso a celebrar a toda la curva norte del estadio El Campín con un potente remate cruzado. Anotación para que remote la confianza que, en los cuadrangulares finales, será vital.
Millonarios lo ganó de camiseta, de historia, de mística. Mucho por corregir aún, pero no hay una mejor manera, en el fútbol y en la vida, que rectificar ganando. El sueño de la 17 en navidad sigue intacto.
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