Se fue la pretemporada para Millonarios y, tras dos partidos muy flojos como local en el estadio Nemesio Camacho El Campín, tanto en lo colectivo como en lo individual, no hubo mucho que rescatar, al menos cuando el hincha esperaba una muestra de algo diferente respecto a los últimos tres años.
Poco o nada se destacó en las pálidas salidas del equipo ante dos rivales que, más allá de querer llevarse el resultado, sí quisieron dar muestra de algo más, ese algo que a Millonarios no se le vio y que termina siendo preocupante, con aires de angustia e intranquilidad.
Es muy pronto para sacar conclusiones, en especial porque a quien más se señala es al técnico antioqueño, David Gonzalez, quien, si bien sorprendió al momento de su llegada, no deja de ser una apuesta más de la junta directiva del “embajador” en búsqueda de un proceso, pero en este momento el sartén está caliente y solo sirve ser campeón.
Línea por línea, el equipo necesita refuerzos, un aire nuevo; existen ciclos que ya se cumplieron y que, junto con el técnico samario, ya no deberían estar en el club. La hinchada es agradecida, pero no podemos vivir de ello. Millonarios está por encima de todo y la nula gestión en cuanto a contrataciones nos vuelve vulnerables y poco competitivos.
Podríamos competir para el rentado local, pero nos jugamos el paso a la copa sudamericana en un partido único, de visitantes, ante un rival que viene fuerte en su último año y se dejará la vida en la cancha para estar en el certamen internacional, gloria que ya conoce y disfrutó en los palmares de su historia.
El fútbol no es de nombres, es de hombres, pero hay muchos nombres que te acercan mucho más rápido al objetivo por el que se sale a la cancha en cada partido, ganando y sumando para poder quedar en la historia del club.
El equipo debe luchar por reconciliarse rápidamente con el hincha, el que banca todo por el amor a la historia y los colores de nuestro amado Millonarios. Los dirigentes y el cuerpo técnico deben entender que somos el alma del equipo, para que juntos reconstruyamos la historia de nuevo.
No queremos más de lo mismo, queremos un equipo que salga a ganar y que en su mente solo exista el deseo de ser campeón. La fortuna favorece a los valientes y al terreno de juego debemos salir sin miedo de nada, con mentalidad arrolladora y sed de gloria.
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